Si se observa de cerca un almacén o una planta de producción, se pueden entender muchas cosas sobre una empresa. Cómo se gestiona el espacio interior, qué cantidad y tipo de mercancías se manipulan cada día, la importancia que se da a la seguridad... en definitiva, la vida en estos espacios de trabajo es un interesante indicador informal sobre la salud de una empresa.
Traducido al lenguaje comercial, cuando se muestra a los proveedores y clientes una nave industrial limpia y bien organizada, es una excelente oportunidad para iniciar un diálogo positivo en el desarrollo de nuevas sinergias.
- ¿Se almacenan correctamente los materiales en espacios específicamente delimitados?
¿Es fácil acceder a la mercancía? ¿Están colocados los bienes con mayor rotación de manera que se agilice la manipulación para preparar los envíos? Significa que en la empresa se cuida la eficiencia de los procesos. - ¿El personal se desplaza de manera segura, utilizando protecciones individuales (cuando están indicadas), teniendo todos los materiales principales al alcance de la mano cuando los necesita?
Perfecto, sin duda quienes preparan los espacios operativos y quienes trabajan en ellos comparten buenos propósitos y prácticas laborales. - ¿Están limpias las estanterías y el suelo? ¿Se barre y friega el suelo de la planta con regularidad?
Mejor aún, significa que en la empresa también se cuidan los detalles.
Algunas de las principales ventajas de mantener los almacenes y las estaciones de trabajo debidamente limpios y ordenados:
Prevención de riesgos
- Prevención de accidentes laborales. Un entorno ordenado y limpio conlleva menos riesgos. Evita golpes con materiales colocados fuera de su lugar no señalizados, tropiezos y resbalones. Estas son todas causas de accidentes, incluso graves. Por el contrario, un entorno siempre limpio y ordenado permite que los operadores se muevan por el espacio con mayor seguridad y rapidez. El resultado es una reducción de accidentes y un aumento del bienestar laboral y de la productividad.
- Prevención de riesgos de vuelco de mercancías. Estanterías polvorientas, manchas de aceite en el suelo, objetos diversos apilados de forma desordenada contribuyen a crear espacios con un alto riesgo de accidentes. Basta un paso en falso o una maniobra equivocada para que se materialice el riesgo de que instrumentos de trabajo, productos semiterminados o acabados caigan al suelo.
Protección de la calidad de la mercancía
Los almacenes y locales de trabajo mal cuidados, especialmente en la industria alimentaria, resultan sumamente atractivos para insectos, pequeños roedores y otros animales. En estos entornos encuentran alimentos y rincones suficientemente protegidos donde refugiarse. Pero también traen consigo enfermedades y suciedad, y dañan los productos y las estructuras. Incluso sin suponer necesariamente un escenario tan drástico, la falta de una limpieza periódica provoca la acumulación de polvo y el amarilleamiento de las superficies. Un daño más que suficiente cuando se trata de mercancías destinadas a la venta. En entornos limpios, la mercancía se conserva mejor y dura más.
Salud, positividad y sentido de pertenencia del personal
- Limitación de las epidemias de gripe. Cada año, en el registro de asistencia de una empresa, el mayor número de absentismo se debe a gripe o enfermedades estacionales. Los virus y las bacterias proliferan ante la falta de higiene adecuada, lo cual aumenta enormemente el riesgo de contagio y todas las dificultades consiguientes: el estado de malestar de las personas afectadas, los retrasos en la producción y en la entrega debidos a la menor presencia de personal en la empresa...
- Productividad y rotación del personal. Nadie se siente motivado para trabajar en lugares sucios, insalubres y poco acogedores. El desánimo que se produce como consecuencia de la dejadez y la negligencia en la limpieza hace que el rendimiento del personal baje rápidamente y aumente el porcentaje de trabajadores que abandonen la empresa.