Las instalaciones dedicadas a los deportes al aire libre, incluidos los grandes estadios de fútbol, circuitos de automovilismo, campos de golf e hipódromos, pero también las pistas de atletismo, pádel y fútbol sala, las instalaciones municipales polivalentes de uso público y los campos de juego parroquiales, presentan ciertas características en común, que conviene recordar a la hora de identificar los equipos de limpieza más adecuados.
- Suelen caracterizarse por amplios espacios exteriores, además de terrenos de juego, a menudo con agradables zonas verdes, expuestas a la intemperie;
- Disponen de amplios aparcamientos, a menudo con aceras y recorridos peatonales obligatorios que pasan a través de entradas y pasos estrechos y conducen a las instalaciones del centro;
- Tienen puntas de afluencia de público durante competiciones y eventos, y su uso disminuye de manera marcada al final de la temporada deportiva;
- Suelen incluir campos de juego con suelos de distintos materiales como hierba, hormigón, losetas de caucho, césped artificial...
- Cuando el campo de juego principal es de césped o tierra batida, es inevitable que al desplazarse entre los vestuarios, los campos y otras instalaciones se arrastren restos de tierra, barro y suciedad.
- El uso previsto de las instalaciones para la práctica de deportes requiere un nivel constante de mantenimiento y limpieza para la seguridad de los deportistas y la conservación de la instalación a lo largo del tiempo;
- Disponen de espacios cerrados anexos, tales como vestuarios, gimnasios, aseos públicos, zonas de refrigerio y para almacenar el material, que requieren una limpieza adecuada para la seguridad de los visitantes.
Al considerar estas características, resulta inevitable recomendar el uso de una barredora profesional con conductor sentado que ofrezca alta productividad para la limpieza de zonas al aire libre, para obtener una limpieza eficiente y sostenible. Para limpiar las grandes superficies no existe ninguna otra herramienta tan rápida, ágil y versátil que elimine desechos, follaje, tierra, gravilla y pequeños residuos «olvidados» in situ.